a mitad do inverno esta por pasar"
Tal vez este año, 2016, sea todo entero un poquito Candelaria y, tal vez, esa sea la razón de que desde su inicio se sienta como primavera, con almendros florecidos, brotes en los jardines y flores timídamente asomá
ndose a conocer el mes de Enero en los campos.
También llamada Imbolc, o la fiesta de Brigid, es una fiesta de fuego y transformación, donde el protagonista es el misterio de la vida.
En esta época del año celebramos las posibilidades que tras el período de gestación del invierno se comienzan a manifestar.
Es momento de depurar, es mucho lo que en estos momentos se mueve bajo la superficie llamando a la puerta de nuestra consciencia.
Toca escuchar lo oculto y dejarse transformar por ello. Momento de despertar.
El Fuego es el elemento relacionado con esta fiesta. Con sus llamas trasmutadoras quema los velos y eleva las consciencias.
Fertilidad, poesía, sanación, fuerza.
Se dice que las velas bendecidas en esta fecha serán las únicas que se mantengan encendidas durante durante las tres noches de oscuridad que todos hemos de pasar y en los que,tal vez, la Tierra entera se sumerja en algún momento no muy lejano.
Las llamas de las velas bendecidas hoy se mantendrán encendidas recordándonos la llama de nuestro espíritu y ayudándonos atisbar el camino cuando la tinieblas cubran nuestro mundo.
Así que no hay tiempo que perder. Yo lo hago cada año.
Reúne unas cuantas velas, de los colores y tamaños que prefieras, tantas como creas que puedas llegar a necesitar a lo largo de este año y crea tu propio ritual para bendecirlas.
Mi propuesta, por si te inspira, es la siguiente:
Tomarme un tiempo para recapitular el último año, sus momentos mejores y peores, los seres queridos que se fueron, los lugares que visité, las nuevas relaciones... puedes hacerlo escribiendo tu pasado en papel que luego quemarás en la llama de una vela, ayudándote con Hoponopono, con el método tolteca o, si has asistido conmigo al taller de Viajes Chamánicos con el viaje de recapitulación que allí aprendemos, que es mi favorito.
Después darme un baño o ducha con agua, sal y unas gotas de aceite esencias de incienso o Aguita Florida. Si tienes bañera es un buen momento para hacer una pequeña meditación, conectar con el espacio del corazón mientras el agua te acaricia el cuerpo... En este baño, ¡deja la antigua piel! y comienza a sentir el tacto de la nueva.
Es el momento, reúne las velas frente a ti frente a tu altar o espacio sagrado, si no lo tienes créalo para la ocasión, a tu gusto y medida, puedes rodearlo con un círculo que te recuerde al Gran Círculo, buscar un templito en la naturaleza... lo que la vida hoy te ofrezca.
Con humo de salvia o romero limpia tu campo energético y después el de cada vela, pidiéndo al espíritu de las plantas que os purifiquen llevándose los velos que confunden el camino.
Decreta.
Utiliza ahora el humo de la flor de lavanda para sellar el decreto.
Puedes terminar tu ritual pidiendo inspiración para tus futuros proyectos y honrando a las semillas que germinan bajo tierra y poblarán la Tierra de flores y alimento en unos meses.
Esta noche hay quien duerme con una vela encendida, una vela por lo que está por venir.
Yo siembro, siempre que puedo en esta fecha alguna semilla de temporada y debajo, enterrada con ella un papelito o algún símbolo de los proyectos que espero hacer florecer durante el año, ya sea un hijo, un libro, un viaje, una pareja, un curso, una nueva casa... cualquier proyecto puede nutrirse con la fuerza del día y noche de hoy.
¡Aprovéchala!
Muchos son los misterios que se contienen en esta celebración de Imbolc, seguir sus huellas puede llevarnos a conectar con una sabiduría muy ancestral.
Pero todo lleva tiempo y necesita unos pasos.
Tal vez hoy, así, sea el momento de empezar a seguir ese rastro.
© Mariví Simona (www.entrespecies.com)
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